Ha pasado algo de tiempo desde la última vez que subí algo a esta sección.
Algunas veces la vida se las arregla para pegarnos una linda cachetada por no seguir el camino que tenemos que seguir. La verdad es que esas trabas que por ahí aparecen, no están porque el destino se encaprichó para arruinarnos la existencia. Algunas hay que sortearlas, y otras, simplemente dejarlas de lado. Todos tenemos una luz enorme dentro nuestro, les aseguro de que esa luz no solo nos va a mostrar que hacer, y como hacerlo, sino que va a ayudar a otros. En esto está el arte de crecer como seres humanos, madurar, y forjar la propia vida. Cuando llevamos esto al arte, toma otra dimensión lo que estamos creando. Piensen. Nuestros personajes ya no lloran, sino que pasan a sufrir, y enfrentar los problemas de una manera más adulta, realista. No está esa solución mágica que hacía que todo se ponga bonito de golpe. La forma en la que cada cual deje en evidencia esto, es personal
Ojo, para que esto se de, tiene que haber algo bueno para explotar. Piensen siempre en el Ying- Yang- Eso blanco lucha por crecer y salir, pero no es fácil. Eso llama la atención del lector, que se identifica con el personaje, y busca crecer con el, superarse, y como les dije, es probable de que muchos estén pasando por un momento difícil, igual que los protagonistas de la historia, y busquen respuestas dentro de esa obra que estén haciendo.
En el mundo del cómic , los grandes autores han sabido dejar su impronta en obras maestras como Akira, Born Again, Black hole, Watchmen, Kenshin, etc.
En Akira (No la película que es solo el 20% de esta obra) la curva de aprendizaje es muy evidente, y se ve la evolución de todos los personajes, que es prácticamente un abanico de problemas internos y la lucha por la superación. En cierta medida, es como que el mundo post-apocalíptico hace que esto se ponga muchísimo más en evidencia, sacando lo peor de cada uno, y ese golpe que demuestra la realidad, y el darse cuenta de los errores para enfrentarlos y solucionarlos. Kaneda, uno de los protagonistas, pasa de ser un pandillero conflictivo, inmaduro, cabeza dura, soberbio, etc, a una suerte de líder en la resistencia contra Tetsuo y Akira. Al principio puede parecer insoportable, pero hay dos cosas que tiene que se explotan, hacen que nos preocupemos por el protagonista, a pesar de todos sus problemas, que es por un lado la enorme lealtad que tiene con los suyos, sobre todo con Tetsuo, y el interés romántico que nace con Kai. Como ven, hay mucho para explotar aquí.
Born Again, considerada por muchos como la historia definitva de Daredevil, marca un momento de inflexión total para el personaje. La forma en la que cae, y sale adelante es sublime. De hecho, el guionista, Frank Miller ¨emuló¨ la pasión de Cristo en este cómic. La historia comienza con Karen Page, ex novia de Daredevil, vendiendo a cambio de drogas, una información muy valiosa, la identidad secreta del héroe. Esto pasa de mano en mano, hasta que llega al archienemigo, Kingping. Imaginen nada más como la vida de Matt Murdock se vuelve un infierno de la noche a la mañana. Él es un héroe, y esa caída ayuda a que redescubra lo que es pelear por lo que vale la pena, y sus afectos. Dejar de lado su soberbia, poner los pies en la tierra, etc. Lo interesante, es que hay otro factor… Se entera de que Karen fue la que vendió su identidad, y está en problemas. A pesar de todo, ella marcó en algún momento su vida, y esa chispa sigue viva. Después de un proceso interno, logra perdonarla, y salvarla. Así comienzan una nueva vida juntos, y hacer justicia a su nombre ¨Born Again¨
En estas obras, hay reflexiones profundas enormes, que dejan entrever lo que vivió cada autor, como maduraron, o un poco de como enfrentan a la vida. Eso si, siempre han resuelto sus problemas, de lo contrario es muy difícil llegar a transmitir esa lucha y superación. Nos guste o no, tendremos momentos especiales, rincones donde soñamos, o escapes imaginarios, pero no hay nada que se asemeje a la vida como fuente de inspiración. Después de todo, Hemingway lo dijo ¨Para poder escribir, hay que haber vivido¨
